No siempre había valorado el recurso económico en mi vida, aunque
desde que recuerdo, fui una joven que trabajaba para costear sus gastos y no
tener que “pedirle nada” a sus padres porque sabía que no tenían los recursos
para sufragar mis gustos en aquel entonces. Ya saben, universitaria que le
gustaba salir, verse bien, oler bien y gastar mucho en esas saliditas de
jangueo con sus amistades.
Pues bien, me tocó el turno de madurar. Me casé, tuve mi
primer niño pero aún no había llegado mi momento de reflexionar y valorar el
dinero, sino hasta que quedé embarazada de mi segunda hija y comenzamos a
experimentar pérdidas de trabajo. Fue entonces que comencé a reflexionar y a
buscar alternativas para que la familia (que estaba creciendo) pudiera
sobrevivir.
En el año 2014, comencé a instruirme sobre el tema de
ahorros y el uso y manejo de estrategias de ahorro, hasta el punto que lo
convertí en un estilo de vida que me pareció fabuloso. Hello! Comenzaba a
comprar cosas que antes no podía porque aprendí a hacer dinero con ofertas de
tiendas y aplicaciones (Money Maker), pagaba bien poco o nada juntando ofertas
y cupones, comencé a crear mi almacén, entre otras cosas que dicho sea de paso,
puedes aprender en mis talleres y plataformas.
Llegó el momento de evaluar si realmente lo que estaba
aplicando durante los pasados años realmente funcionaba y en el 2019 llegó el
tercer retoño, mi Abigail. Justo en medio de un panorama incierto, (8 meses
después del huracán María) sin trabajos, y escasos en dinero abrí mi humilde
almacén y encontré lo que necesitaba. Les confieso que no tengo un mega
almacén, pero tenía lo suficiente para poder cubrir ciertas necesidades básicas
de mi familia por un par de meses y también pude dar un poco a otros.
El estilo de vida frugal es un reto, debes tener un cambio
de mentalidad de lo contrario, no lo lograrás o será cuesta arriba. Sé que es un
reto vivir con lo justo, sin despilfarrar el dinero y/o recursos y más cuando
en este tiempo estamos siendo bombardeados por publicidad en todas partes, pero
no es difícil cuando logras entender y darle el valor a lo que tanto trabajo te
cuesta obtener. Oye, no estoy diciendo que no compres, que seas tacaño (a), o
que de vez en cuando te des tus gustos, no se trata de eso, sino de que día
tras día seas una persona que pueda discernir en cuanto a las decisiones de
compra, actividades y el uso y manejo de recursos para hacer mejor uso de ellos.
Constantemente nuestro cerebro está tomando decisiones, recuerda siempre que
tienes opciones a escoger: Sí puedo | No puedo | Debo esperar. Escoge siempre la mejor para ti y tu familia.
Finalmente, la frugalidad no debe limitarte para nada en lograr tu sueños más ambisiosos, al contrario, creo que es una de las mejores opciones para lograr el éxito.
Recuerda seguirme en TODAS mis plataformas. ¡Felices compras!
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